Para preparar la polenta, hay que empezar por poner una olla con dos litros de agua sobre el fuego vivo.
Cuando el agua hierva, echar la sal.
A continuación, agregar la cucharada de aceite de oliva virgen extra y poco a poco echar la harina de maíz, muy lentamente, para evitar que se formen pelotitas de harina.
Mezclar todo con una cuchara de madera.
Continuar mezclando, girando siempre en la misma dirección y removiendo también la capa más profunda de polenta.
Si la polenta comienza a ser demasiado dura y compacta, agrega un cucharón de agua caliente.
Después de unos 40 minutos, durante los cuales no habrás dejado nunca de remover la polenta, en teoría, ya podrías servirla en la mesa.
Un truco: la polenta más cuece y más está buena, así que te recomiendo cocínarla por otros 20 minutos.
Una vez cocida, verter la polenta encima de una tabla de mármol o de madera, de manera que el grosor sea homogéneo.
Cuando esté fría, córtarla en dados o bloques y pasarlos por una plancha caliente, durante unos 3-4 minutos por cada lado.
Y ya está, tu “pan de maíz” a la plancha está listo!