Esta receta es una preparación muy sencilla. Lo primero que debemos hacer es colocar en un vaso o recipiente con tapa la avena junto con la chía, las semillas de chía van a ayudar a que espesa la preparación y tenga una textura más espesa y cremosa.
En la licuadora o con un robot de cocina vamos a colocar las fresas, yo estoy utilizando fresas congeladas pero también puedes utilizar fresas frescas si cuentas con ellas en casa o están de temporada.
Colocar la leche y el yogur, para que quede aún más cremoso puedes usar yogur griego para preparar esta receta, de esta forma también incorporamos un poco más de proteína pero si por otro lado buscas una versión completamente vegetariana sustituye por yogur de soya, leche vegetal y azúcar o stevia.
Licuar todos estos ingredientes hasta incorporarlos por completo.
Mezclar la avena que anteriormente colocamos en un recipiente hermético, con la miel y el extracto de vainilla.
Con ayuda de una cuchara mezclar todos los ingredientes hasta incorporar y distribuir por completo.
Cerrar el frasco o recipiente y llevar a refrigeración por aproximadamente 4 horas o durante toda la noche para que espese y tome la consistencia deseada.
Servir con trocitos de fresa o cualquier otra fruta yo utilicé un poco de papaya para variar el sabor.