Comenzaremos por preparar los pepinillos para esta receta yo utilicé el pepino europeo, pero puedes utilizar cualquier otro. Lo primero que hay que hacer es cortar los pepinos puedes picarlos en rodajas como yo lo hice o en bastones e incluso si son lo suficientemente pequeños dejarlos enteros. Si vas a cortarlos en rodajas procura que no sean muy finas para que la consistencia sea rica y crocante.
Una vez que los pepinos estén picados coloca en un colador o cernidor y agrega sal de grano, la sal que agregues tiene que ser un poco abundante para conseguir extraer la humedad de los pepinillos, no te preocupes que no van a quedar salados.
Dejamos reposar los pepinillos por aproximadamente 15 a 30 minutos sobre un bowl o recipiente profundo para que pueda escurrir el agua.
Mientras tanto preparamos la mezcla para encurtirlos: en una cacerola colocamos el vinagre y el agua.
Agregamos el resto de las especias: las hojas de laurel, los granos de pimienta, las hojuelas de chile y el azúcar.
Dejamos cocinar hasta que se disuelva todo esto y alcance el punto de ebullición.
Lavamos los pepinos para retirar el exceso de sal y secamos bien. Colocamos los pepinos, el ajo y alternando con el eneldo en un recipiente para conservas previamente esterilizado, vamos acomodando capas de estos ingredientes hasta casi llenar el frasco.
Agregamos la mezcla que hervimos tapamos el frasco y lo dejamos a temperatura ambiente hasta que se enfríe o hasta el día siguiente, para que los pepinos adquieran la textura y el sabor deseados.
